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La poesía de Blanca Varela es en muchos sentidos un martirologio pero también una resurrección. Antes me dejaba llevar por esa cosa terrible que es la inspiración. En ella especulo, y es la única manera de contestarme cosas. Afirma la autora: “Mi poesía no sería lo que fue sin Westphalen y Arguedas”.[4]. Está mi infancia en esta costa, allí destruyo la jaula de las aves pequeñas, un lecho ardiente en donde lloro a solas. Mirada perdida en sí misma que se devuelve y recorre como un desierto familiar. [19] Op., cit., 2016, “Canto villano”, Canto villano, p. 131. y aliento de pescado. Siempre hago una poda exhaustiva; recorto lo superfluo, lo que no sirve para expresarme. que nos obligan a trepar hasta el último peldaño, el vértigo nos acerca entre el polvo y sus hojas palpitantes, I dont know what to say except that I have enjoyed reading. De «Valses y otras falsas confesiones» (1972), Un poema poblado de agua y pálidas corolas. azules casas en el horizonte. Sólo quiero seguir escribiendo, tal vez haga traducciones del francés y del inglés, pero hasta ahora no he tenido tiempo. sin más enemigo que yo Fill in your details below or click an icon to log in: You are commenting using your WordPress.com account. en donde lloro a solas. Puerto Supe [6] Varela, Blanca. Biblioteca Virtual Fandom es una comunidad FANDOM en Libros. la muerte sonríe…[16], Conforme va desarrollando su poética lo largo de sus libros, los planteamientos éticos y estéticos de la autora se complejizan. esa asfixiante seda, ese pesado espacio voy hacia el viento que recorre / La luz crudelísima devora su ración”,[15] es decir, bajo la vastedad que la voz poética observa y no alcanza a aprehender, la realidad se transfigura y emerge el misterio, el límite entre lo que es y lo que no, o nuestras catástrofes de materia. Ah, y por cierto, quiero agregar algo más sobre la respiración y la música: me hubiera gustado muchísimo hacer una poesía que pudiera cantarse, es decir, que pudiera ser musicalizada e interpretada por un artista. círculos de sombra y cristales perfectos. Eso es lo que he tratado de buscar y, como dije, ese viento debe ser contenido. [10], Blanca Varela es una poeta que se mueve entre fronteras, entre ámbitos de la percepción, aunque nunca se despegue de lo real. entre el polvo y sus hojas palpitantes, https://www.youtube.com/watch?v=1uItrti7TMQ Fecha de consulta, noviembre de 2018. adonde lanza el mar su blanco dardo. Golpe contra todo, contra sí mismo. Como una moneda te apretaré entre mis manos, y comprenderé entonces el crecimiento de las plantas. Blanco es el mes de enero, negras las olas que visitan la isla. Estudió Letras y Educación en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. el que ocupa esa rama vacía, el que no quiere ver la noche. A lo largo de su trayectoria, Blanca Varela obtuvo varios de los reconocimientos más importantes del ámbito hispanoamericano en materia de poesía: el Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2001); Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2006) y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2017). Vallejo and Company, http://www.vallejoandcompany.com/entrevista-con-blanca-varela-por-efrain-kristal/ Fecha de consulta: noviembre de 2018. Además, Blanca Varela fue una de los poetas que, junto a José Ángel Valente, Eduardo Milán y Andrés Sánchez Robayna, prepararon la gran antología Las ínsulas extrañas (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2002); volumen que recoge lo esencial de la poesía en español de la segunda mitad del siglo XX. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios. Ese puerto sí existe. escapa y tiñe tiernamente el aire y sus jardines. En este libro encontramos poemas . Para lograrla, su batalla es con la expresión y el idioma: Un poema Luego, en 1963, publicó «Luz de día» y en 1971 «Valses y otras confesiones». Ese puerto existe (1959) fue prologado por Octavio Paz y tuvo una fuerte carga surrealista. Por lo general, como podríamos observar en una de sus construcciones más recurrentes, bajo el cielo abierto de la existencia, “Ni una hora de paz en este inmenso día. Aquí en la costa tengo raíces, Poemas . Junto a la gran morada sin ventanas, Blanca Varela (Lima, 1926-2009), de quien se cumplirán diez años de su partida en 2019, es una de nuestras voces hispanoamericanas del siglo XX más singulares y privilegiadas. Más tarde, en 1978, realizó la primera recopilación fundamental de su escritura en «Canto villano». Es un diálogo descarnado, de la rosa matérica, la “rosa de grasa / que envejece/ en su cielo de carne” [19], frente a lo real, donde vamos observando diversos interlocutores o “fulgores”, como ella misma ha dicho (el fantasma, el ángel, la sombra, una oscuridad, la muerte, un dios al que increpa, la conciencia, un yo profundo) provenientes de “ese otro lado del espejo” que ya nombra (mas no constata), no sólo evoca o presiente, en su segundo libro, Luz de día (1963): Tal vez ese silencio dice algo, Bajo la influencia estética de Octavio Paz, en los inicios de su carrera literaria, Blanca Varela, en efecto, se expresa en un yo poético masculino o indiferenciado, como sucede en varios poemas de Ese puerto existe (1949-1959), su primer libro. Y eso mismo pasó con Concierto animal. Yo soy libre y gratuita, es decir, no espero ninguna recompensa por lo que haga y diga. Toda una larga noche entre la arena. Una extrema lucidez frente a una realidad que no la satisface, su constante búsqueda de la verdad sin concesiones, su ironía, su irreverencia y su expresividad. Yo no tengo un espíritu crítico, pero sí autocrítico, es decir, corrijo mucho. tú eres el perro Obras. Hasta llegar a la aceptación simple, llana, de la finitud como única respuesta, después de la travesía de conciencia, en El falso teclado (2000), su último libro: para eso estamos Primera estrella destruida, primer dolor, primer grito. Pero eso es diferente a que yo tenga algo que decir sobre mi poesía; solamente escribo y no puedo hacer crítica sobre lo que hago. la luz miente y todo esto es lo otro Hacer la luz aunque cueste la noche, aunque sea la muerte el cielo que se abre y el océano nada más que un abismo creado a ciegas. Y entre estos cantos, el canto solitario de una muchacha peruana: Blanca Varela. Aquí en la costa escalo un negro pozo, Pensaba escribir una nota, pero no hay nada que pueda decir yo, que no haya dicho con más razón y mejor Mario Vargas Llosa en este articulo del 2007 para el Diario El País. [22] Op., cit., “Camino a Babel” (IV), Canto villano, p. 149. círculos de sombra y cristales perfectos. Es un canto “villano”, es decir, del pueblo; es el canto llano, abierto, sin disfraces, de la especie humana frente a una realidad mirada con escepticismo (te rendimos dios/ el gran homenaje/ el mayor asombro/ el bostezo”[21]) y frente a su realidad última, que es vista desde su desnudez y su nada: fatigados comediantes Este reúne sus últimos trece poemas, dedicados en conjunto al poeta español José Ángel Valente. ¿Cuál fue el proceso? Ejerce la docencia en Lengua, Literatura y Redacción Básica y Superior. ¡Comprueba tus direcciones de correo electrónico! [20] Op., cit., 2016, “Máscara de algún dios”, Luz de día, p. 70-71. los engañados de siempre de chorreantes dedos y aliento de pescado. (Tomado de Perú.21) "Pero, Octavio, ese puerto existe". El mundo será esa claridad que nos pierde; los abismos de sal, la fronda de oscuras esperanzas, el vuelo del solitario que se da alcance a sí mismo. "Puerto Supe" inicia los fuegos con estos versos: . sueña contigo misma y basta. Márgenes. sea amor, un gigantesco amor en cuyo centro ardemos. Cambiar ), Estás comentando usando tu cuenta de Facebook.

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